Llora sin remordimiento: llorar beneficia tu salud

En diversas situaciones, el sentimiento de llanto llega; en algunos casos si nos liberamos y dejamos que fluya esas lagrimas pero en otras preferimos mantenerlas y guardarlas. Las lágrimas se consideran de alguna manera como “transpiración emocional”, se puede comprar con el sudor en el cuerpo que ayuda a liberarse de las toxinas que dañan al organismo, el llorar funciona de la misma manera pero a nivel emocional.

El llorar tiene un porque para nuestro cuerpo una de estas es liberarnos del estrés de manera natural, que por lo contrario si no se elimina perjudica la salud; como enfermedades cardiovasculares y trastornos que tienen relación con el estrés.

Debes conocer los beneficios que trae el llorar ¡debes conocerlos!

Ayuda a disminuir la presión arterial

El llorar ayuda a disminuir la presión arterial y el pulso según estudios, haciendo que pacientes lloraron inmediatamente después de la terapia o durante la misma, los efectos se relejaron en la presión arterial.

Las lágrimas eliminan toxinas

Suena sorprendente, pero así es, mientras lloramos liberamos las toxinas del cuerpo, pero todavía mejor es posible liberar durante el llanto productos químicos acumulados durante el estrés.

Se reduce el manganeso cuando lloras

Solo por llorar liberas el manganeso; este es un mineral que merma el estado de ánimo, el cual se encuentra en una concentración de hasta 30 veces mayor en las lágrimas que en la sangre.

Beneficia los ojos

Las lágrimas ayudan  a la limpieza de los ojos cada vez que se parpadea, mantiene los ojos humectados y mantienen una visión saludable.

Disminuye el estrés

El estrés que todos alguna vez hemos reprimido hace que aumente el riesgo de ataque cardiaco y daña áreas del cerebro. La capacidad humana de llorar es de suma importancia para la supervivencia, por que ayuda a aliviar el estrés.

A partir de ahora solo deja tus emociones fluir, el llorar es totalmente bueno para la salud ya no te vuelvas a avergonzar si se cae una de otra lagrima. ¡A llorar se ha dicho!